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Foto del escritorBaptiste Le Bras

La Retrogradación




¿Qué es?


El concepto de retrogradación es en realidad muy simple: desde el punto de vista geocéntrico (de la Tierra) parecería que algunos planetas se ponen retrógrados, es decir, van en reversa. Esto es un simple efecto óptico. Para tomar el ejemplo de la imagen que dispusimos, en determinado momento de su inclinación en su orbita alrededor del Sol, se observa que otro planeta (en este caso en planeta Kiwi) se detiene y se devuelve, porque la Tierra se encuentra más cerca del Sol y avanza más rápido (no siempre tenga que ser así, solo es un ejemplo).

Como todo lo contemplamos desde una perspectiva geocéntrica, todos los planetas tienen periodos de retrogradación, siendo por supuesto el Sol y la Luna excluidos de este destino a menudo considerado como amargo.

Existen varias fases en la retrogradación. La primera fase es cuando el planeta observado parece ir más lento, y luego se pone estacionario, esto es, deja de avanzar. Luego va para atrás, es retrogrado. Luego después de un tiempo que depende de cada planeta, se pone nuevamente estacionario, justo antes de volver a ponerse directo.


Vamos a exponer el tiempo aproximado de retrogradación de cada planeta a continuación :


· Mercurio : 3 veces al año, cada vez durante tres semanas

· Venus : cada 19 meses, durante 40 días

· Marte : cada 2 años, durante 2 meses

· Júpiter : cada 13 meses, durante 4 meses

· Saturno: cada año, por 4 meses y medio (si, les gusta echar pa´atrás 😉 )

· Urano : cada año, por 4 meses y medio

· Neptuno : cada año, 5 meses

· Plutón : cada año, 5 meses

· Quirón : cada 8 meses, durante 5 meses

· Ceres : cada año, durante 4 meses


Entender la retrogradación


La vida es una rueda, o una espiral, dependiendo de nuestro grado de consciencia y capacidad de aprendizaje. A menudo en esta vida tenemos obstáculos, que no tienen el fin de hacernos caer ni lastimarnos, sino de ayudarnos a integrar un aprendizaje. Este concepto “maduro” de percibir la realidad de la vida precisamente tiene que ver con Saturno: el nos pone a pruebas para que aprendamos, para que maduramos, para que descubramos nuestra verdadera estructura y voluntad. Desde luego existen dos maneras de posicionarse frente a estos obstáculos: aceptando que somos creadores de nuestra realidad y aprender con humildad las enseñanzas de la vida, muchas veces a costo de nuestro ego y orgullo, o volverse victima de la realidad, echándole la culpa a otro, otra, o a Dios o a la vida por lo que nos sucede. El primer camino es el de la excelencia y nos lleva a la libertad. El otro el de la mediocridad y nos lleva al condicionamiento.

La retrogradación es algo así parecido a Saturno: nos pone a prueba.

La retrogradación representa esta piedra sobre la cual tropezamos, una y otra vez. A menudo se considera como un indicador kármico, es decir un significador de un conflicto heredado de vidas pasadas. Mientras damos las mismas vueltas en la vida seguimos siempre tropezando sobre la misma piedra, lastimándonos cada vez más fuerte. Si tomemos consciencia de esto, siendo conscientes y atentos a lo que representa esta piedra, entonces en algún momento, como diría mi sabio amigo Gustavo Fernández, en vez de tropezar podemos subir encima para ver más lejos. Y desde luego, seguiremos el camino para encontrar nuevos retos, nuevos obstáculos.


Pues es exactamente lo que pasa con la retrogradación.


En la carta natal


En nuestra carta natal, los planetas retrógrados (identificados con una pequeña “r” al lado de la posición del planeta) representan dificultades heredadas, antiguas o karmicas que tenemos que ir transformando. Desde luego es relevante entender que inclusive en nuestra carta natal no siempre los planetas van a permanecer retrógrados toda la vida. Una buena forma de verlo es considerando una técnica de previsión que son las direcciones secundarias considerando que cada día que pasa después del mismo nacimiento representa un año de vida. No iremos detallando demasiado este hecho (para eso mejor aprender formalmente astrología) pero tomemos un ejemplo que conozco, muy real y vivido. Trata de una persona que tiene Venus retrogrado en su carta natal. El amor en su vida, por supuesto dado a las condiciones que otorgan e imponen su posición en Capricornio y en la casa XII le da una inmensa dificultad para comunicar sus sentimientos, siendo más fácil amar (con la intensidad que representa la casa XII) Platónicamente o desde la ensoñación donde todo es perfecto. Así esta persona permanece sin vínculos reales de relaciones, pero el amor se manifiesta a menudo con una exploración sentimental abismal que se vive desde la psique, pero que carece de manifestación en carne y hueso. Reiteramos: Venus retrogrado en Capricornio en casa XII. Las pocas experiencias vividas son decepciones, pues no se conforman al idealismo tan inmenso de Venus en XII, y el miedo a comunicar y expresar afecto desde lo sentimental da la imagen de una persona a la cual no le importa el amor. Es fría, distante, Capricorniana. Exactamente 21 días después de su nacimiento, Venus deja la retrogradación y se pone directo. Exactamente a sus 21 años de vida, la persona de la cual hablamos encuentra el amor de su vida: una persona mayor (Capricornio) que encuentra en una búsqueda mística y espiritual (casa XII).

Esto es fundamental: después de la retrogradación existe un efecto de soltura que amplifica la intensidad del planeta. Yo pienso que es como si cuando se pone retrogrado el planeta estuviera descansando, reposando, recuperando energía y fuerza, y por eso no hay que exigirle demasiado. Pero cuando se poner directo de nuevo, allí esta repleto de energía y va a manifestarse con mucha potencia.

De allí que nadie tendrá Mercurio, Marte o Venus retrógrados toda la vida.

La retrogradación es fundamental, pues es la que permite la verdadera asimilación de los aprendizajes.


La retrogradación en tránsitos


Por supuesto, de acuerdo con la lista de retrogradación de planetas expuesta previamente, se entiende que los planetas más lentos se ponen también retrógrados por una duración mayor. De alguna forma es lógico: los aprendizajes que representan son más profundos, más transformadores y por lo tanto es necesario que los “repasos” sean también más exigentes. Por ejemplo, tengo en este momento Plutón sobre mi Sol y esto, con un orbe de tan solo un grado ingresando a la conjunción, se va a demorar un año y medio en arrastrar todo lo que impide mi verdadero ser esencial de manifestarse y brillar con autenticidad y humildad (por hacerlo corto). Son procesos de aprendizajes profundos, que muchas veces pueden incluir la aparición de eventos y situaciones profundamente conmovedor, abrumador y desconcertante. Depende de cada quien, nos dará lo que necesitamos.

Esto es también valido por los aspectos positivos, y desde luego son muy provechosos para dar frutos a procesos y proyectos de mucho crecimiento y fluidez.

Desde luego, la retrogradación para los planetas en transito se interpreta de la misma forma que cualquier tránsito, solo que con una duración y un impacto posiblemente mayor.


Las retrogradaciones de cada planeta


No sería útil de describir el simbolismo retrogrado de cada planeta, por la sencilla razón de que si uno comprender el sentido directo, imaginar y luego constatar el movimiento reverso es fácil. Por ejemplo, tomemos Mercurio.

Si estamos familiarizados con las retrogradaciones de Mercurio, de las cuales mucho se habla, hay que entender que estas son las más comunes es el que con más frecuencia se pone retrogrado (3 veces al año). Por supuesto, ¡que más omnipresente e importante en nuestra vida que nuestra mente, que, si por más poderosa que esté, tiende a distraerse con tanta facilidad!

Así Mercurio retrogrado representa una perdida de enfoque, de concentración, a raíz de lo cual pueden aparecer muchas distracciones, perdidas de tiempo, problemas relacionales y una inmensa multitud de problemáticas generalmente no muy graves.

Lo importante no es dramatizar, sino enfocar el doble de energía para mantenerse centrado(a) y tener una palabra, un pensamiento y una mente impecable.


Conclusión


Es importantísimo entender que realmente la retrogradación es un detalle simbólico que efectivamente da una intensidad mayor a ciertos aprendizajes y tránsitos, pero no resulta en absoluto un elemento clave en la interpretación astrológica.

La Astrología se compone de muchísimos detalles que, para algunos, pocos o muchos van a ser relevantes y que van a ser secundarios para otros. En nuestra escuela astrológica pensamos que todo suma y por lo tanto hay que considerar todo lo que es verificable y constatable, pero a la hora de interpretar hay que privilegiar lo verdaderamente relevante. Si queremos que una interpretación tenga sentido, sea clara y resulte útil, debemos de priorizar la lectura de ciertos elementos sobre otros. En este sentido, las dignidades y los aspectos van a ser muchísimo más importantes que la retrogradación.


Es como cuando cocinas : si quieres hacer una buena pizza debes de tener primero la masa, la salsa de tomate, el queso, y ojala algunos champiñones, aceitunas y demás. El chorrito de aceite de oliva final, el orégano y la albahaca y demás especies es un agregado. Pues es algo asi similar que ocurre con la retrogradación, las triplicidades, los términos y decanatos, la vía combusta, el vacío de curso, el almuten, el hileg, el alcocoden, la sizigia y una infinitud de otros elementos astrológicos. Son elementos claves que permitirán definir algo preciso, darle una identidad más relevante a la pizza, pero de nada te sirven si no tienes una masa, una buena salsa de tomate, un buen queso y sobre todo, un buen horno de leña 😉.











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