Quizás deberíamos definir qué es la previsión y en qué se diferencia y difiere de la predicción. En realidad, la diferencia es simple: la previsión permite prever ofreciendo posibilidades que obviamente están orientadas no por el azar sino por la interpretación astrológica a través de diferentes técnicas y refinadas por el contexto proporcionado por quien consulta al astrólogo. La predicción, a cambio, condiciona comunicando una información precisa que realmente sólo puede ser fruto de una invención, por más astrológicamente contextualizada que se encuentre, o de una intuición extremadamente refinada, y en este último caso ya no se trata de astrología.
Sin embargo, la astrología era predictiva. Durante muchos siglos, la astrología se utilizó con fines predictivos simplemente porque la noción de libre albedrío, en la mayoría de los casos, era extremadamente limitada, al igual que la comprensión psicológica, filosófica y espiritual de la mayoría. Hijo de un herrero, un individuo nacido en el siglo XV difícilmente podía verse como médico. Pero tampoco fue de gran interés desarrollar una interpretación humanista y transpersonal, y articular un alto nivel de comprensión de la estructura energética y su influencia en la psiquis en ese momento. De hecho, hablar de libre albedrío o de espiritualidad estaba concretamente reservado a la religión y sabemos bien lo que les pasaba a quienes no se ceñían a respetar las normas de la tiranía eclesiástica. La astrología era de hecho de acceso limitado ya que un astrólogo tenía que ser un verdadero erudito, además astro matemático, para poder levantar un mapa astral e interpretarlo. En ese entonces, no se trataba de ingresar algunos datos en un programa de astrología en dos minutos.
¿Debemos entender entonces, que en cada época el tipo de astrología que le corresponde? ¿Cuál sería el que corresponde al nuestro? Una pregunta interesante.
Volviendo al tema de este artículo, quizás podríamos pensar que la predicción es un imposible, o quizás ilusoria, que no respeta los derechos del ser humano en cuanto a su capacidad de luchar contra las dificultades que lo atormentan y que muchas veces están en el origen de la repetición de muchos ciclos, de muchas configuraciones que generan tensiones y dificultades en el despliegue de este hermoso camino que es el camino de la realización, y que sin duda todos vamos recorriendo.
La astrología va mucho más allá de la predicción, que se puede comparar con la fórmula de un dictador dentro de una democracia. El dictador no presenta posibilidades, pero entrega confiadamente una sola verdad que se entrega a terribles consecuencias para todos los que no la comparten. Del mismo modo, formular cualquier tipo de predicción cuando afecta el destino de un ser humano, es una forma peligrosa de posicionarse como un lector todopoderoso de la vida de un ser que merece la plena consideración de su sensibilidad. En mi opinión, la predicción no puede ser un camino razonable para ningún astrólogo, por varias razones:
• En primer lugar, el Astrólogo no es la divina providencia que vehicula los mensajes de lo eterno para determinar lo que deben y lo que van a experimentar los demás. El Astrólogo es un sabio que deberá considerar el hecho, en la medida de sus cualidades y la confianza que descansa en su conocimiento y experiencia, que puede estar equivocado. Así como cualquier persona y cualquier profesional pueden cometer errores.
• Luego, porque somos seres sensibles que muy fácilmente podemos caer en una programación mental que generará lo que fue pronunciado o decretado de acuerdo a la importancia y el poder que le atribuimos a la persona que habló. Tanto para los temerosos como para los escépticos, el poder de la mente es enorme, pero en gran parte no reconocido. No olvidemos el principio de la profecía autocumplida.
• Más adelante, también podríamos considerar las características de lo que llamamos “libre albedrío”. Como este tema es amplio y muy debatido, no lo desarrollaremos aquí. (pd. Ver artículo CEIA “Astrología y Libre Albedrío”)
• El mismo ritmo de posibilidades y números indica claramente que si a veces sí podemos “ver bien” sobre algo que se basa en una dinámica temporal, en la mayoría de los casos hay error. El error puede estar basado en muchos factores, pero lejos de querer justificarlo, es hora de aceptar el hecho.
• Finalmente, predecir no sirve de nada. Entender es útil. Es necesario profundizar. Es fundamental reflexionar, y aún más esencial formular las preguntas correctas. Sinceramente, creo que el propósito de la astrología no tiene nada que ver con "lo que sucederá", sino con "¿quién soy yo y por qué elegí esta vida?" (Y todas las condiciones que lo acompañan).
Una dificultad a la que se enfrenta el intérprete que conoce las leyes de la correspondencia entre el cielo y la tierra corresponde al hecho de que, sin embargo, para vivir o sobrevivir, el astrólogo trata de poder responder satisfactoriamente a las preguntas del consultante, y esto a menudo implica la necesidad de obtener una respuesta clara y precisa que libere a este último de su propia capacidad para desarrollar su destino. En otras palabras, es común que el consultor quiera saber qué va a pasar, y esto en tantos contextos y situaciones como sea posible imaginar: “¿me va a dejar? », « ¿voy a ganar el juicio? », « ¿Encontrará mi hijo su camino? », «¿cuándo saldré finalmente de la depresión? » así como todo tipo de preguntas, por muy legítimas que sean, empujarán al astrólogo hacia el intento de responder a estas preguntas y satisfacer a la persona que lo consulta. ¿Depende entonces del astrólogo o del consultor poder erradicar la predicción del dominio astrológico? Del astrólogo, sin duda. Por difícil que sea ver a un consultante decepcionado con su inversión de tiempo, energía y dinero. Gradualmente dejarán de existir consultores de este calibre y la Astrología crecerá.
En cuanto a la previsión, es una gran virtud de la Astrología.
Sí es posible prever los movimientos psíquicos, energéticos, inconscientes del ser en cuestión y poder orientarlo en consideración de la conciencia profunda frente a este clima astral que lo constituye, y que se inclina, se adapta, se orienta y se perfecciona en una dinámica temporal precisa. Gracias a los tránsitos, las direcciones y progresiones, las profecciones, la revolución solar y la capacidad de síntesis de la información relativa a todas estas técnicas, podemos percibir efectivamente la dinámica temporal y lo que implica de acuerdo con el contexto personal informado por el individuo en cuestión. En todos los sentidos, la previsión conlleva conocimiento, conciencia, y más allá de la definición que la caracteriza, también permite comprender y situar los hechos del pasado. El pronóstico es efectivo y observable, y cualquier estudiante de astrología pronto se dará cuenta de su efectividad.
En pocas palabras, la diferencia entre predicción y previsión metafóricamente es que la previsión anuncia la tendencia meteorológica. Asesora y dirige de acuerdo con esta última. La predicción asegura las consecuencias y los hechos que generará esta tendencia.
Una cosa es planificar con anticipación y aconsejar de manera considerada: “va a hacer frío, te aconsejo que apartes unos cuantos leños y no te aventures demasiado, sube tus defensas inmunológicas y aprovecha para solucionar los 2-3 problemas latentes…”
Otra es la de pronosticar de manera preponderante: “hará frío, te pegará la gripe y mientras conduces resbalarás en el hielo y te chocarás contra un poste. No conduzca en estos días. Quédate en casa. »
La vida siempre intentará abrir la conciencia del ser, y esto a través de muchos eventos que actuarán como pequeños intentos de abrir la conciencia, que se transformarán gradualmente en apertura de una gran conciencia. En otras palabras, si llamando a la puerta de la conciencia no abrimos la puerta, la vida intentará llamar cada vez más fuerte, hasta, si es necesario, derribar la puerta.
Es por esto que, si muchos tránsitos y ciclos de la vida son perfectamente predecibles, nunca es seguro poder saber cuándo y cómo reaccionará la persona, pues depende del libre albedrío. ¿Hará falta un tránsito de Saturno, o será necesaria una cuadratura con Plutón para tomar conciencia? todo depende de cada persona. Si de la carta natal surge la composición energética del Ser y todas las configuraciones astrales que lleva en sí, la cuestión será saber cómo asegurará esta configuración. Todos tienen la elección entre la libertad y la condición, entre la conciencia y la ignorancia.
El Astrólogo ve y prevé, pero no determina. Resuena en la conciencia con el consultante. Proporciona algunas respuestas y formula muchas preguntas, porque la conciencia trae el libre albedrío, mientras que la ignorancia hace posible la repetición interminable de los mismos ciclos de vida y obstáculos existenciales.
En última instancia, nadie puede conocerse a sí mismo mejor que sí mismo. Por más el sabio sea sabedor, pertenece a cada uno conocerse a sí mismo, comprenderse y realizarse. Esta es la gran tarea que nadie puede hacer por uno. Por eso es infinitamente más ventajoso estudiar astrología que simplemente consultarla.
Muchas gracias,excelente tu disertación sobre sobre previsión y predicción.y comparto tu reflexió.